martes, 17 de diciembre de 2013

Idiota

Aquello sólo fue una simple pesadilla, esa pesadilla en la que él se hundía, lentamente, hacia el fondo, ese fondo contaminado de miseria, cobardía, apatía y soledad. Supo que ese mal sueño era reflejo de la vida que estaba viviendo, una vida que no era la suya. Necesitaba salir de allí rápidamente, sin mirar atrás. Empezar una nueva etapa. Y así lo hizo. Cogió sus cosas y alquiló una habitación. Necesitaba conocer gente nueva, olvidar las antiguas amistades o así es como decían llamarse. Quería salir de ese fondo, resurgir, nadar hacia arriba y dejar todo aquello en aquel fondo tan oscuro. 
Los primeros días fueron geniales, perfectos, todo iba tan bien, pero su corazón le volvió a traicionar. Conocer a esa persona hizo que sus sentimientos volvieran a confundirlo, de nuevo volvía a resurgir aquella confusión, esa agonía, ese mal nervio, el mal carácter, a volver a darlo todo por alguien y a no ser correspondido. 
Hasta que aquella noche decidió hacer lo que está haciendo en estos momentos, sacarlo todo de dentro, ser valiente y desahogarse. Sí, estaba enamorado de esa persona, aunque al exterior daba a entender que solo era amistad, que también, pero por dentro es por donde los sentimientos te destruyen, te hacen sentir mal. Hacia más de dos años que no sentía algo así por alguien, ese sentimiento de protección hacia alguien, a no querer que nadie le haga daño. Veía como poco a poco se volvía a hundir, como el fondo le arrastraba de nuevo, como se volvía a asfixiar y como no podía hacer nada. Sólo callar, sólo aceptar que más vale una amistad a nada, esa nada que volvía a aparecer por el horizonte, acercándose lentamente pero rápidamente a la vez. Ya ni la música le hacia evadirse, ni probar otras cosas por despecho, ni gritar, nada. Las fuerzas para llorar le habían abandonado y estaba seco.
Duda si mostrar sus sentimientos o callarse y sufrir en silencio. Se siente idiota, pues conoce perfectamente que es lo que la realidad le ofrece, pero aun así prefiere amar en silencio a engañar a otra persona y hacerle daño. Él, que da consejos para que los demás no sufran no es capaz de aplicárselos a él mismo. El cansancio de estar en esta situación vuelve a su cuerpo, a su alma y a su corazón. Quiere correr, huir de aquí, volver a su antigua morada, pero no puede, porque sabe que estar un minuto cerca de esa persona le destruiría más aun y no quiere eso, quiere poder estar ahí para lo que necesite, para lo que haga falta, para cualquier desahogo, para llorar, para reír, para protegerla de cualquier peligro o daño que la vida le pueda causar. 
Y así es como empieza a hablar de sí mismo y acaba hablando de esa persona. Porque aunque lo intente, aunque se esfuerce, no puede sacarla de su cabeza. Porque hacia tiempo que no se sentía así, que no encontraba una amistad tan sincera, a alguien a quien poder amar de verdad, sinceramente. Porque es lo que necesitaba, aunque no fuera nada bueno para él. Es un idiota, pero ahora es un idiota feliz, con ganas de darlo todo, de sonreír a la vida porque le ha dado un motivo para vivir y seguir adelante. Porque le enseñaron a no rendirse nunca, a mirar hacia adelante. A ser él por primera vez como debe ser.